Se trata de uno de los hilos de Twitter que más éxito ha tenido en los últimos tiempos, y no es para menos. Lo ha compartido usuario de la popular red social del pajarito azul, y ha tocado la fibra sensible de muchos internautas a los que, como mínimo, habrá hecho reflexionar.
El éxito de la publicación, entre otras cosas, es que relata una de esas historias que tienen varias lecturas: por un lado nos lleva a creer que, afortunadamente, todavía existen las buenas personas en el mundo. Personas que ayudan a los demás sin esperar nada a cambio… aunque ni siquiera dispongan de los medios suficientes.
Y por otro, nos hace pensar sobre lo absortos que vamos a menudo en nuestro propio mundo… sin darnos cuenta de que a nuestro alrededor pueden estar ocurriendo cosas maravillosas.
¡Juzgad vosotros mismos!
Acabo de vivir uno de los momentos más bonitos e intensos de mis 17 años de vida madrileña en @metromadrid
— Lucas Sanchez (@Sonicando) July 21, 2018
Vuelvo de un concierto y entra un yonki en el vagón. Yo sigo relamiéndome, escuchando a la banda que vengo de ver, aisladito con mis cascos. Pero el yonki se echa a llorar, me sorprende la situación y me quitó los cascos para enterarme.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
El yonki llora porque un chico marroquí, que está en nuestro vagón, le dice que ánimo. Que él ha estado en su situación. Que se sale. Que luche.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Le abraza. Se sienta a su lado. Le da palmaditas de ánimo. El yonki sigue llorando y se levanta. Antes de la siguiente parada, el marroquí saca la cartera y le da 10€. El yonki se vuelve a desplomar llorando. Coge el dinero, le da un abrazo y se va.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Parece que nunca le había dedicado tanto cariño, tantas palabras. El dinero es solo un añadido.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
El marroquí se queda una y dos paradas al borde del llanto, con los ojos llorosos.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Yo estoy alucinado. Vivo todo el momento totalmente paralizado. Lo pienso dos y tres veces, pero le digo al marroquí que es lo más humano que he visto en 17 años en el metro. Él me cuenta…
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
…que ha estado ahí. Que durante una época se drogó. Que lleva 20 años en Madrid, pero que tiene trabajo y que, gracias a la ayuda de otros y de ese trabajo, ALGUNOS días ya NO DUERME EN LA CALLE.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Que sabe que casi seguro esos 10€, que ni de coña le sobran, van a terminar en drogas. Pero que igual no. Y que alguien le tenía que ayudar.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Que ayudar a los demás es algo que Dios siempre recompensa. Que a él, si no le hubieran ayudado, no hubiera podido hacer lo mismo. Y repite que igual no ha ayudado a nadie y que el yonki se lo gastará en drogas. Pero tenía que hacerlo.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Yo tengo un billete de 20€ en la cartera y se lo doy. No lo quiere coger y le digo que ojalá se los hubiera podido dar al anterior chico, pero que por lo menos valgan para ayudarle a él y que no duerma en la calle por ayudar a otro. Me dice que no los quiere.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Insisto hasta que los coge. Me dice que vale, pero si me puede dar un abrazo. Nos abrazamos. Salgo por la puerta y me quedo en el andén. Aturdido. Emocionado. Y todavía estoy así.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Decimos mucho de otras culturas, pero acabo de ver a un tío darle dinero a otro que no estaba tan lejos. Dinero que no le sobraba, no como a mi. Y quedarse jodido luego, no por él, por el otro.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Aquí solemos dar lo que nos sobra. De lejos. Para sentirnos mejor. Y he visto a un tipo dar lo que le falta. Y seguir llorando.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Ahora me voy a la esquina de pensar, que el mundo que no vemos, y que siempre juzgamos desde el privilegio, es la hostia.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 21 de julio de 2018
Casi 24 horas después me sorprende el impacto que ha tenido este hilo. Me alegra ver que compartirlo ha sido en parte buena idea (no suelo hacer estas cosas) y que bastantes personas entienden lo que ocurrió como yo lo viví. Lamento la siempre atenta oleada de trolls…
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 22 de julio de 2018
… y también espero que algún día twitter sea un sitio más constructivo y que dé menos vértigo usar.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 22 de julio de 2018
Me acabas de reconciliar con la vida en unos días que no ando más que peleándome con ella. Gracias por compartir y empcionar, a veces la vida es bella por encima de sus miserias!
— PaiGeGe (@pailar_gg) 22 de julio de 2018
Puffff, la piel de gallina… estas cosas son las que me reconcilian con la humanidad…Vivimos demasiado ajenos a muchas realidades y con demasiados prejuicios, ojalá nos paráramos a pensar y ayudar más y a juzgar menos…
— María José Gallego (@MariajoGB) 22 de julio de 2018
Gracias por compartirlo!
El otro día, cuando alguien estaba pidiendo en un metro en zona “obrera” pensé que no tenía mucho sentido, que fuera a zona “pija”. Y luego pensé en que, seguramente por empatía y otras razones, en esta zona le fuera mejor… Mucho que aprender…— Sara Gil Casanova (@sagilca) 22 de julio de 2018
Sí, muchísimo. He visto a mucha gente dar dinero en el metro, pero es la primera vez que veo a alguien sentarse al lado de alguien a decirle que en algún momento podía cambiar su suerte. Esa empatía no cabe en una cartera.
— Lucas Sanchez (@Sonicando) 22 de julio de 2018
¿Qué os parece a vosotros?